El autor parte de tres ideas básicas, si no he entendido mal: la primera, en sus propias palabras: “Es un hecho histórico que el sistema económico capitalista tal y como se ha desarrollado en Europa desde la industrialización, ha significado para las masas –por primera vez en la historia de la humanidad- la liberación del hambre y la miseria, es más, la ´democratización´ del bienestar”; la segunda idea es la autonomía de las realidades temporales, relativa, no absoluta, pero autonomía, que hace necesario conocer y respetar las leyes con las que funciona la economía, para dar orientaciones sobre la materia sin equivocarse; y la tercera, el principio de subsidiariedad, con sus premisas naturales del desarrollo sin obstáculos injustos de la libertad y responsabilidad del ciudadano y de los grupos intermedios, a las que dedica sendos capítulos.
El Prof. Rhonheimer es muy crítico con el Estado intervencionista y redistributivo y es partidario de la idea del “gobierno limitado”; critica la connivencia entre grupos políticos y empresariales que interviene con leyes y disposiciones para beneficiar a unos pocos (el llamado ´crony capitalism´); piensa que el principal papel del Estado es el aseguramiento de un marco legal adecuado que da seguridad jurídica y considera iguales en derechos a todos los ciudadanos, para que los ciudadanos puedan ejercer sus derechos y libertades sin restricciones o discriminaciones injustas. Apoya con vigor la economía de mercado, economía de empresa o simplemente, economía libre. Resalta la importancia de la iniciativa empresarial como factor dinamizador de la creación de riqueza, puestos de trabajo y bienestar para las personas; resalta la importancia de la propiedad de los medios de producción y del capital, que en vez de gastarse en gastos personales, se invierte en la creación de empresas, innovación y puestos de trabajo, con el consiguiente riesgo para su dueño, y beneficio, también necesario para la sostenibilidad en el tiempo de las empresas y los puestos de trabajo.
El autor critica las políticas de igualdad, entendidas como medios para poner al mismo nivel a todos en la sociedad, a costa de graves restricciones de la libertad; considera justas, basadas en la naturaleza y la común dignidad del ser humano, la igualdad de derechos de todos, y que nadie debe ser discriminado por su raza, religión, sexo, etc, y la igualdad de oportunidades; y considera muy injustos los intentos de igualdad de resultados.
Es muy crítico con las teorías marxistas económicas, que califica de falsas y causa de graves injusticias. Se apoya especialmente en los teóricos de la Escuela Austriaca de Economía, especialmente Hayek y Ludwig Von Misses, a los que dedica sendos trabajos, señalando también sus carencias y errores.
Resalta, de entre los grandes documentos de doctrina social de la Iglesia la Encíclica “Centessimus Annus” (1991), en la que en opinión del autor, hay una visión más completa sobre cómo funcionan las leyes de la economía.