Historia de las más de cinco semanas –del 10.X. al 19.XI. de 1938- que pasó san Josemaría en Barcelona, junto con algunos de los primeros fieles del Opus Dei, en espera de encontrar los guías que les pasaran a través de los Pirineos, a Francia, con el fin de vivir con libertad religiosa para desempeñar su ministerio sacerdotal y atender a los fieles del Opus Dei.
El libro está muy documentado: consta de más de mil notas, que el autor ha trasladado al final del libro, en las que fundamenta el relato construido con los testimonios escritos de los protagonistas y con la consulta de fuentes primarias y la bibliografía más solvente.
Se lee con interés y con facilidad, porque la investigación de Jordi Miralbell está muy bien escrita,
y por el empatía humana y espiritual que despierta la epopeya de un joven y santo sacerdote, que buscaba en sus propias palabras cumplir la Voluntad de Dios para él,y unos jóvenes estudiantes y profesionales que se sentían llamados por Dios a seguir el camino de santificación en medio del mundo que les enseñaba san Josemaría.
El libro refleja un gran conocimiento y amor a la ciudad de Barcelona, dentro de la sobriedad expresiva del autor, que ha querido ceñirse a la historia narrada,y situarla en el convulso contexto histórico del momento: la dureza de la guerra civil, la persecución religiosa, los templos quemados y arrasados, los bombardeos de la ciudad, el hambre que pasaban, el miedo a ser detenidos, los conflictos políticos entre anarquistas y comunistas… Este es el marco y el telón de fondo de aquella arriesgada aventura humana y sobrenatural que emprendieron san Josemaría y varios de sus primeros seguidores, con una gran confianza en el cuidado de Dios por sus hijos. Y Jordi Miralbell lo ha contado con bella sobriedad.
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