Monografía histórica de la primera expansión del Opus Dei por España desde que acaba la guerra civil (abril de 1939) hasta finales de 1940.
El autor ha trabajado una documentación primaria conservada en el Archivo General de la Prelatura, fundamentalmente la correspondencia, los diarios de los Centros del Opus Dei, los relatos de los viajes y testimonios escritos y orales de algunos de los protagonistas. Ha consultado también Archivos de la época y Archivos personales de algunos de los protagonistas. Además, ha consultado una bibliografía amplísima.
Las primeras cien páginas son de contexto histórico sobre la época. Situación política, de las universidades, de la Iglesia y las Asociaciones Católicas que frecuentaban los jóvenes en esos años. Es muy útil esta contextualización para entender mejor el asombroso crecimiento de esta institución de la Iglesia Católica, que ve multiplicados sus miembros por diez en apenas un año y medio: los comienzos en la residencia de universitarios de la calle Jenner en Madrid; el nuevo Centro en Valencia en la calle Samaniego, primero El Cubil y luego, la Residencia Samaniego; el Centro de Valladolid: El Rincón; el Centro de Barcelona: El Palau; la expansión de la labor apostólica en otras ciudades universitarias: Zaragoza, Oviedo, Murcia, Granada, Salamanca, o sin universidad: Bilbao, San Sebastián; los nuevos Centros en Madrid de la calle Martínez Campos y Diego de León…
Y sobre todo, la generosa entrega a Dios de tantos jóvenes universitarios, atraídos por el espíritu del Opus Dei, de santificación en medio del mundo, y por la santidad del Fundador, san Josemaría Escrivá de Balaguer, al que seguían un grupo de estudiantes y profesionales jóvenes, que se sentían llamados a seguir a Jesucristo extendiendo el mensaje del Opus Dei.
El relato es muy vivo y se revelan la alegría, el cariño, el sacrificio, el entusiasmo, la profesionalidad a través de historias y anécdotas contadas por sus protagonistas.
Una epopeya, que se miraba en la conducta de los primeros cristianos, con una asombrosa eficacia apostólica, bendecida por un querer de Dios, que pronto, en cuanto fue posible, se extendió a otros países. Pero el libro se detiene en los comienzos en España, aislada por la Segunda Guerra Mundial.
Hay algunos otros ejemplos en la historia de la Iglesia de un crecimiento tan rápido y profundo, que deja huella, pero pocos. Aunque de otro orden, porque el Opus Dei se dirige a laicos y sacerdotes seculares, quizá hay que remontarse a la expansión de los colegios de jesuitas en el siglo XVI o la extensión de la reforma de Cluny unos siglos antes o el crecimiento de los seguidores de san Francisco de Asís. Quizá el más parecido, al que miraban estos jóvenes universitarios son los primeros cristianos.
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