miércoles, 9 de octubre de 2019

"La ceniza fue árbol", pentalogía de novelas de Ignacio Agustí

"La Ceniza fue árbol", de Ignacio Agustí. Ed. Planeta, 4ª ed, Barcelona, 1976. 
Pentalogía compuesta por cinco novelas “Mariona Rebull”, “El viudo Ríus”, “Desiderio”, “19 de julio” y “Guerra Civil”.
Magnifica novela que describe la evolución histórica de Cataluña durante la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. La saga de los Rius, industriales textiles de Barcelona evolucionan en cinco generaciones al compás de los acontecimientos históricos: la industrialización de Barcelona y alrededores, la Renaixença, la Mancomunidad, el anarquismo, la República, la Guerra Civil… 
El relato está muy bien contextualizado y los nombres propios que aparecen también: Joan Maragall, Eugeni D’Ors, Francesc Cambó, Prat de la Riba, Maciá, Companys; el atentado anarquista en el Liceu, la Semana Trágica, los partidos, las elecciones, la República, la Guerra Civil, la guerra en Teruel y otros lugares, la batalla del Ebro…
La columna vertebral de la historia es la familia de los Ríus y sus avatares, con personajes muy bien construidos, que evolucionan, y toman sus decisiones con errores y aciertos. Pero hay una ingente galería de subtramas con sus propios personajes que hacen de esta novela también una historia coral de gran riqueza y extensión: en total, más de 2.400 páginas en la edición que he manejado, en siete volúmenes.
El autor manifiesta una profunda visión cristiana de la historia y de las personas, lo que no le impide señalar los numerosos avatares de la vida de sus personajes, algunos muy corruptos y poco respetuosos con sus vínculos matrimoniales y, en general, con la dignidad de la mujer, casi siempre –aunque algunas veces, pocas, no- contados sobriamente, pero muy recurrentes sobre todo en la tercera novela de la saga, “Desiderio”.
La escritura, sobria y ceñida a la historia, manifiesta el oficio del autor, que sabe mantener el interés de la trama, hacer crecer a los personajes, resaltar la belleza de un paisaje, emocionar con una acción memorable, compadecerse de los males y las penas de los personajes y del pueblo y dar categoría poética y épica a los momentos que lo precisan. 
Los personajes son cristianos, como corresponde a la mayoría de las personas en la época que narra, aunque algunos no vivan como tales, y rezan, se arrepienten,  a veces blasfeman, otras veces, vuelven a la fe de sus mayores… Este es un acierto de esta novela: no escamotear las raíces de las vidas de los que desfilan por la narración.
En resumen, magnífica saga familiar que narra momentos cruciales de nuestra historia con respeto a la historia y una visión de fondo cristiana de la vida.

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