sábado, 10 de enero de 2015

¿Qué tienen en común Boecio, Agustín de Hipona, Ramón Llull, Fray Luis de León... y el terremoto de Lisboa y Auschwitz?

Título original: El valor de las dificultades Autor: José Carlos Martín de la Hoz Ed. Cobel. Madrid, 2014. 260 páginas. Sinopsis: La historia es maestra de la vida. El Prof. Martín de la Hoz ha elegido veinte personajes, la mayor parte de ellos santos, que sufrieron graves dificultades en sus vidas, y los bienes que vinieron para ellos, para la Iglesia y para la sociedad, de esas dificultades. Muestra de un modo elocuente que el plan providente de Dios sabe sacar bienes de los males, y grandes bienes de los grandes males. Y, en el caso de los santos, cómo para alcanzar el Reino de los Cielos hay que pasar por muchas tribulaciones, o dicho en frase de san Pablo a su discípulo Timoteo: "todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos" (2 Tim 3, 12). El autor ha elegido en veinte capítulos: El Pastor de Hermas, y la preocupación, ya a en los principios del cristianismo, por la pérdida de intensidad de la fe, al crecer el número de cristianos. Boecio, San Agustín y su búsqueda de la Verdad, los fracasos de Ramón Llull, el escándalo de los Borgia; Fray Hernando de Talavera, primer Obispo de Granada tras la conquista y las prisas por la conversión de los moriscos; la defensa de los indios por Fray Bartolomé de las casa; los "enemigos" de Fray Luis de León; los cólicos de San Juan de Ávila; el terremoto de Lisboa y la consternación que produjo; el deísmo y el ateísmo de algunos ilustrados; los sufrimientos de Santa Teresita de Lisieux; la fe en Dios "después de Auschwitz"; el Padre Pío y los problemas que tuvo con algunas autoridades; la Beata Teresa de calcuta y la prueba de la fe; Pablo VI y la crisis del posconcilio; los regalos de Dios que han supuesto los Papas últimos. El libro está bien escrito, aunque la edición tiene algunas erratas. La soltura en el conocimiento de la historia a la que ya nos tiene acostumbrados el Prof. José Carlos Martín de la Hoz, hace muy elocuente el libro, por los datos que aporta el autor, y por cómo los contextualiza, con breves trazos, muy bien traídos y eficaces. Y manifiesta una profunda reflexión del autor sobre la teología de la historia, y cómo Dios, dejando la historia en manos de la libertad del hombre, es en Cristo, Señor de la Historia, y no deja que se le escape de las manos, y saca de los males, bienes, y de los grandes males, grandes bienes. Lectura reconfortante que el autor enmarca en su proyecto de investigación sobre la confianza en Dios, dentro de la historia del hombre.

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