sábado, 15 de agosto de 2015

El puente sobre el Drina, de Ivo Andric

"El puente sobre el Drina", de Ivo Ândric. Novela que mereció el Premio Nobel para el escritor Ivo Ândric en 1960. Es una novela coral que narra la historia convulsa de los Balcanes, en especial de Bosnia-Herzegovina, durante varios siglos, hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Está ambientada en la ciudad de Visegrad, situada a unas decenas de kilómetros al Oeste de Sarajevo, a orillas del río Drina. Un gran visir turco, natural de la ciudad, ordena construir el primer puente que une las dos orillas del río Drina, y tras varios años de trabajo, se da por concluida esta gran obra de ingeniería civil, que pasa a vertebrar la historia de la ciudad. Con el recurso literario de los transeúntes del puente y de los habitantes de la ciudad de Visegrad, se narra la convivencia entre las comunidades cristianas -ortodoxa y catolica-latina-, la comunidad islámica y la judía, que logran vivir con cierta paz y armonía; y los hechos históricos que modifican muchas veces la fisonomía política, demográfica y cultural de esta agitada península europea: la dominación turca, con el "tributo" anual de la entrega de niños para que sean educados en Estambul; las persecuciones contra los judíos, las rebeliones de los vecinos serbios al mando de la dinastía de los Karageorge, la anexión al imperio austro-húngaro, hasta el comienzo de la, así llamada por algunos historiadores, Guerra Civil Europea (1914-1945), con el asesinato en el vecino Sarajevo del heredero de la corona de Austria-Hungría, a manos de un terrorista serbio. El puente sobre el Drina resiste todas las turbulencias históricas y es testigo mudo, y en algún modo protagonista de la historia de estas bellas tierras de frontera que son los países de la Península Balcánica, habitada por los eslavos, que poblaron estos valles y montañas a lo largo del siglo VI de nuestra era, ocupando desde las actuales Polonia, Eslovaquia y Bielorrusia, hasta Croacia, Serbia, Bosnia, Herzegovina, ya pobladas por los pueblos ilíricos, romanizados tempranamente, y de donde salieron toda una gran serie de emperadores romanos, entre los que destaca Diocleciano, del que se conserva su gran palacio en Split (Croacia). Más adelante, en el siglo X, los eslavos del Norte fueron separados de los eslavos del Sur por la invasión magiar, que ocupó la llanura de Panonia y la actual Hungría, sembrando el terror en Europa hasta su conversión al cristianismo en el siglo XI con su rey, San Esteban (en los libros litúrgicos se conservan oraciones para preservar del "peligro magiar"). El primer rey de Croacia, Tomislav, es reconocido por el Papa de Roma en el siglo IX, y desde entonces, Croacia miró más a la cristiandad latina, próxima también geográficamente a través del mar Adriático. Mientras Serbia se ligó más con la cristiandad ortodoxa, primero con Bizancio, y luego con Moscú, cuando por motivos políticos, quiso ser autocéfala e independiente de la Ortodoxia de Constantinopla. La invasión turca encontró en parte de estas tierras, sobre todo en Bosnia, una herejía cristiana, los bogomilos, que habían abrazado algunos nobles; esta herejía, que guarda algunas similitudes con los maniqueos y los cátaros, fue terreno abonado para el arraigo del Islam en tierra europea. Desde entonces, los únicos europeos islámicos son los bosniacos; el resto del Islam europeo procede de fuera de Europa. En Bosnia, los que abrazaron el Islam lo hicieron también como factor de identidad no sólo religiosa, sino cultural y política. Esta es parte de la explicación -muy simplificada, por cierto- de la complejidad religiosa, cultural y política actual de Bosnia-Herzegovina. La novela de Ivo Ândric describe la "gran" historia a través de la "pequeña" historia: las tradiciones, la vida religiosa, política, comercial y económica, cultural y familiar de este rincón de Bosnia. La recomiendo vivamente para entender porqué, desgraciadamente, ha habido tantos conflictos en esta península europea de los Balcanes, y cual puede ser la evolución futura: la convivencia de comunidades muy distintas en el respeto y la aceptación mutua, integrándose en la Unión Europea.

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