miércoles, 20 de enero de 2016

Doctor Zhivago, novela que le mereció a Boris Pasternak el Premio Nobel de 1956

Doctor Zhivago. Boris Pasternak. Ed. Cátedra. 750 páginas. No había leído esta magistral novela del Premio Nobel ruso, Boris Pasternak. Y la he tomado y retomado varias veces hasta acabarla: no es novela para leer de un tirón, me parece, pues pide tiempo para ser asimilada. La novela transcurre en un arco temporal de unas decenas de años, desde la Primera Guerra Mundial (1914) y la Revolución soviética (1917). Puede calificarse como una de las mejores novelas sobre la revolución rusa y la guerra civil que se desencadenó en este gran país. Es magistral la parte de la novela que narra el viaje desde Moscú a Yuriatin, en la Siberia profunda, en el tren transiberiano, y todas las peripecias del hambre, la guerra, los ejércitos blancos, los "hermanos del bosque", los partisanos... El gran protagonista del libro es el pueblo ruso, con todas sus penas y dolores en tiempos tan convulsos, que sabe sobrevivir a tanta penuria y destrucción, ayudarse de un modo que sólo es comprensible por la raíz de su tradición cristiana. El alma ortodoxa del pueblo ruso, con sus virtudes y defectos, es retratada con maestría. Y la labor de devastación del comunismo soviético, que deshizo todo un modo de entender la vida y las relaciones sociales: toda una generación, en muchos casos movida por el idealismo de una sociedad sin clases, más justa y solidaria, que quiso mejorar el mundo de un modo equivocado y lo que resultó fue un engendro totalitario y destructor de la persona humana y su libertad. El otro gran protagonista es la inmensa estepa nevada de Siberia, sus bosques y cielos inhóspitos y bellísimos. El drama del Doctor Zhivago, dividido entre el amor de su mujer y sus hijos y el de la enfermera Lara, no me ha atraído especialmente, quizá porque en la famosa película se le daba una relevancia que, a mi parecer, no tiene en la novela, y carece de la grandeza del drama histórico del pueblo ruso. He leído la novela en la impecable edición de Cátedra, porque las notas ayudan mucho a situar a los centenares de personajes históricos que aparecen, y porque al final de la novela hay un índice alfabético que ayuda a situar a cada personaje y los distintos nombres con que aparece.

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