Silencio. Sushaku Endo. Ed. Edhasa. Madrid, 2019. 254 pags.
Novela histórica sobre la situación de persecución de la fe cristiana en Japón y algunos mártires que dieron su vida por no renunciar a su fe en Jesucristo.
El hilo conductor de la novela son dos jesuitas portugueses que viajan clandestinamente a Japón desde Macao para predicar la fe y para conocer si es verdad que su antiguo maestro de novicios, el prestigioso Ferreira, había apostatado al no resistir las torturas del martirio. La historia se desarrolla con la tarea pastoral que realizan atendiendo a japoneses que vivían su fe cristiana en la clandestinidad, las persecuciones y crueles torturas a las que son sometidos cuando son descubiertos, y cómo mueren por la fe muchos heroicamente.
Y a la vez, cómo algunos apostatan, particularmente uno de los dos misioneros jesuitas, al sucumbir a la tentación del aparente silencio de Dios, y a las torturas sicológicas del gobernador y sus secuaces y del apóstata Ferreira.
El ambiente de la novela y su forma responde al contenido: hambre, lluvia, frío, tiempos grises y desapacibles. Hay un falso estribillo de fondo: el cristianismo no puede arraigar en Japón porque su cultura es como una ciénaga pantanosa que pudre todo lo que intente penetrarla desde fuera… Como si los japoneses no fueran tan hijos de Dios como todos los demás pueblos, llamados a la existencia por Dios cada uno singularmente por amor, con un alma inmortal creada por Dios y llamada a gozar de Él…
El tono del libro es pesimista y duro, y puede desasosegar a personas cristianas sin una fe firme.
A la vez, es una novela que ha vendido varios millones de ejemplares en Japón y manifiesta en muchos pasajes con belleza y precisión la vida de Cristo y el cristianismo. Por tanto, para personas sin ningún conocimiento del cristianismo o muy poco, puede suponer un primer contacto con la fe, pues es una novela muy bien escrita, hay evolución de personajes y la historia atrapa. De algún modo, es algo parecido –aunque sin las carencias de la novela- a las visitas que realizan turistas japoneses a catedrales y museos con una bellísima iconografía cristiana, que puede ayudarles a hacerse preguntas y a desear conocer mejor esa fe en Jesucristo que ha cambiado el mundo.