sábado, 15 de marzo de 2008

Ernestina de Champourcín: una poeta de la Generación del 27 por descubrir

Recomiendo ir a la Exposición sobre la poeta de la Generación del 27 Ernestina de Champourcín, que tiene lugar en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid. La he visto y me ha gustado mucho. He leido su obra poética editada en Ed. Athropos; hace pocos días ha sido reeditada y completada por la Fundación Banco de Santander en la colección Obra Fundamental. Es una poeta de altísima calidad poco conocida en España, a mi juicio, por tres razones: porque estuvo exiliada en Méjico hasta casi el final del franquismo debido a sus opiniones políticas: era republicana y su marido fue el poeta Juan José Domenchina, secretario de Azaña; por ser mujer; y por sus profundas convicciones religiosas, que se reflejan en su poesía, sobre todo desde su conversión espiritual, que tuvo lugar a principios de los años 50, al contacto con el espíritu del Opus Dei en la Iglesia de la Veracruz (México DF).

ERNESTINA DE CHAMPOURCIN. UNA VOZ FEMENINA EN LA GENERACIÓN DEL 27.- Días: hasta el 23 de marzo. Lugar: Salón de Actos del Centro Conde Duque. Horario: de martes a sábado de 10 a 21, domingos y festivos de 11 a 14.30. Lunes cerrado. Precio: entrada gratuita.

EFE
El Centro Cultural Conde Duque ha organizado una exposición en la que homenajea a Ernestina de Champourcin, la voz femenina de la Generación del 27, dentro de los actos para conmemorar el 80 aniversario del homenaje a Góngora que dio nombre al grupo de poetas más brillante del siglo XX.

Nacida en Vitoria (Álava) en 1905, su infancia transcurrió en Madrid donde, además de cursar sus estudios, se inició en la poesía. Fue discípula de Juan Ramón Jiménez y estuvo unida por estilo y amistad a los poetas de la Generación del 27.

La exposición, que podrá visitarse hasta el próximo 23 de marzo, tiene un recorrido histórico y no biográfico sobre la figura de Ernestina de Champourcin, e incluye una serie de textos en los que se percibe como era reconocida antes de la guerra como persona con pleno derecho dentro del mundo poético y cultural en los años veinte y treinta.

La comisaria de la muestra, Rosa Fernández Urtasun, ha explicado que en la misma se entremezclan recuerdos de familia y cartas de su madre con documentos de sus maestros, especialmente de Juan Ramón Jiménez, con quien mantenía contactos habituales y quien la aconsejaba y corregía sus textos.

Así, entre los documentos expuestos figura una tarjeta de visita con su caligrafía, fotos de Juan Ramón Jiménez y distintos textos, aunque también hay cartas de otros miembros de la Generación del 27 como Gerardo Diego, Aleixandre o Cernuda y libros dedicados de Guillén y de Alberti.

Además, la muestra incluye artículos de otros escritores sobre ella y viceversa, así como los cuadernos que escribió después del exilio, del que regresó a España desde México en 1972. Al final de la exposición aparecen numerosos testimonios de los ultimo’s años de su vida, ya que a partir de la antología de toda su obra que se publicó en 1991 muchos estudiosos pudieron profundizar en su figura y su obra.

Fotografías de su vida, objetos personales, manuscritos y artículos de la época son otros de los atractivos que se ofrecen a los visitantes de la exposición, en la que se puede contemplar una selección muy representativa de toda su obra. Además, un audiovisual hace un recorrido por su obra y explica las características de su poesía, aunque también se prepara una guía didáctica para ofrecérsela a los colegios.

Los primeros libros de Ernestina de Champourcin la dan a conocer en Madrid, como 'En silencio' (1926), 'Ahora' (1928), 'La voz en el viento' (1931) o 'Cántico inútil' (1936), en los cuales evoluciona desde un modernismo inicial a una poesía más personal donde domina el tema del amor envuelto en una rica sensualidad. La calidad de sus versos y la originalidad de su voz hicieron que Gerardo Diego la incluyera en la segunda edición de su famosa antología 'Poesía española contemporánea' de 1934.

En 1939 se exilió a México debido a sus convicciones republicanas, donde retomó su voz poética dando un giro hacia la temática religiosa. Al volver a España en 1972, sus versos se vuelven hacia la memoria y la esperanza, y publica 'Poemas del ser y del estar' (1972), 'Huyeron todas las islas' (1988), y tras algunas antologías, publicó un último libro al filo de los noventa años, 'Del vacío y sus dones' en (1993). Murió en Madrid en marzo de 1999.

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