sábado, 15 de marzo de 2008

El testimonio de gente corriente que supo ser coherente

Un hermano mío, Laureano, y su mujer, Mercedes, han viajado a Roma recientemente. Como catedrático de historia que es, ha querido documentarse bien antes de visitar uno de los lugares más singulares de la Ciudad Eterna, las catacumbas cristianas, y como recuerdo me han traido un libro, breve, pero elocuente, de la intensa historia de esos lugares. El autor es un especialista de las catacumbas, A. Baruffa, que recomiendo. Estos cementerios subterráneos fueron muy venerados en la antigüedad cristiana, porque en ellos fueron enterrados, entre muchos otros, los mártires y los papas de los primeros siglos de persecución (muchos de ellos, también mártires).

Son un testimonio elocuente de la fe, el arte, el modo de vivir, las relaciones familiares y extracción social de lso cristianos. Sólo en la Catacumba de San Calixto hay más de medio millón de enterramientos. Copio un texto de un estudiante del siglo IV: "Siendo muchacho, cuando vivía en Roma para estudiar, solía visitar las catacumbas de los apóstoles y los mártires juntamente con mis amigos, en el día del Señor (el domingo). A menudo entrábamos en las galerías, excavadas en las entrañas de la tierra, llenas por completo de sepulturas y tan oscuras (...) (Jerónimo, estudiante, luego secretario del Papa San Dámaso, Santo y Doctor de la Iglesia, 347-420).

Hay muchas inscripciones que reflejan la vida de los primeros cristianos, como esta: "Deuterio, intérprete de los antiguos vates (poetas) y profesor de latín y griego, descansa seguro (de su salvación) en tranquila paz" o este: "La memoria de los amigos conserva el recuerdo de Teófilo, que murió en el honor de las armas. Su fidelidad lo distingue entre los suboficiales. Fue fiel a todos los compañeros dea rmas ya los amigos. La fama lo declara servidor de Dios más que del dinero e íntegro suboficial de la Prefectura urbana...".

El libro de Baruffa tiene un breve capítulo en el que se pregunta por qué el cristianismo fue tan cruelmente perseguido por el Imperio Romano, cuando en general asimiló y era tolerante con todas las religiones: "Todas las otras religiones se adpataban al culto oficial romano y se presentaban como un asunto privado, pero el cristianismo no admitía el culto oficial al emperador, como si fuera un Dios, y tendía a renovar desde dentro, desde la mente y el corazón, el entero individuo; este era el camino para cambiar la sociedad. Afirmar que cada hombre, el esclavo también, es hermano nuestro, que todos somos iguales, que hay que amar al enemigo, que los pobres no han de ser explotados, que la justicia ha de ser la única guía del poder... no era admitido por el poder romano. Tales principios eran superiores a la mentalidad de la época y resquebrajarían la estructura misma del imperio, que favorecía la esclavitud, la anulación de la dignidad humana para cientos de miles de personas... De aquí la oposición violentísima del Imperio Romano al cristianismo: éste era visto como su enemigo más peligroso".

3 comentarios:

Mercedes dijo...

Muchas gracias José Ignacio por tu comentario sobre nuestra reciente visita a las catacumbas de San Calixto, que recomiendo a todos los lectores de este blog.
El merito del librito ,que tanto te ha gustado, lo tiene el guía de las catacumbas, un sacerdote español, que nos hizo la visita muy instructiva, amena y divertida (es un hombre con mucho sentido del humor). Decía que había que quitarle hierro a la visita, que se le ha dado el caso de alguna persona que no paraba de llorar.
Al termimar la visita nos recomendó el librito, otros lugares a visitar en la Vía Apia que no vienen en las guias (como un museo de cascos de la II Guerra Mundial), incluso consejos para cruzar las calles de Roma; te pones muy chulito y haces gestos con las manos, que os puedo asegurar que resultan eficaces.
Las catacumbas son un lugar especial. No da claustrofobía, es un lugar lleno de paz y sencillez. Sencillez grandiosa, que te hace pensar en las cosas que puede llegar a realizar el ser humano para defender sus creencias, en la vida comunal y de servicio a los demás.
Entre otras muchas cosas hermosas, se pueden ver los objetos que adornaban las tumbas, pequeñas conchas marinas y lámparitas de aceite . Al no disponer de luz natural no colocaban flores.
Deseo que todos los lectores puedan visitar las catacumbas y la ciudad eterna y que los que la hemos visitado podamos volver.
Mercedes.

Laureano dijo...

Más que una invitación, sólo puedo agradecer este inmerecido comentario de Jose Ignacio Peláez, so pretexto de un pequeñísimo obsequio y aconsejar encarecidamente un recorrido en la línea open del Archeobus del ayuntamiento de Roma por la vía Appia Antica, que partiendo de Plaza Venecia, Coliseo o Circo Romano y entrando por la Puerta de San Sebastián permite visitar junto a las catacumbas de San Calixto, San Sebastián y Domitila,el mausoleo de Cecilia Metella, el circo de Majencio, la Villa dei Quintili, los acueductos, etc. De regreso, las termas de Caracalla, el Circo Máximo y fin en Piazza della Bocca della Verita. Lo que solamente constituye una pequeña reseña de cientos de tumbas, monumentos y villas a lo largo de la vía Appia que están cerca de la línea del Archeobus. Es una zona tranquila, alejada del tráfico masivo de turistas. El recorrido es económico, 7.50 euros. Se puede pasear contemplando el campo y meditar sobre las amenas explicaciones de las catacumbas y el contraste de culturas que encontramos en su recorrido

Anónimo dijo...

Los "democristianos".......¿Se comieron a los leones?